miércoles, 7 de marzo de 2018

El amor es chulo - Verso y cuento - Aguilar - Salvaslip



El amor, llegado el momento, te deja salir corriendo. 
Si no, no es amor.

Tengo el honor de haber formado parte del libro benéfico El amor es chulo, de la Editorial Aguilar, colección Verso y Cuento, de la mano de Stéphanie Andugar para luchar contra la violencia de género.







Contento, lo que se dice contento,

he estado muchas veces en la vida

pero más que ninguna cuando

me liberaron en Alemania

que me quedé mirando una mariposa

sin ganas de comérmela.

Tonino Guerra





SALVASLIP



Quiero tener un hijo, una hija,

quiero tener una hija que sepa que hay muchos hombres buenos, que también hay mujeres malas, quiero una hija que se muera de vieja sin escuchar la palabra zorra sin haberla pedido antes. La quiero selenita, me da igual, lunática, devota por lo civil, con tiempo para que los pañales maduren y caigan antes de que se los arranquen.



Quiero su edad del pavor insolente, quiero, me gustaría, que ninguno de nuestros hijos anduviera nervioso de vuelta a casa, y, por favor, que nunca lo estuviese dentro. Quiero que tus hijos no sepan qué es un ataque de ansiedad antes todavía de saber distinguirlo, que sepan -como solo saben las madres que esperan asomadas a las ventanas- que peor que llorar son las ganas de hacerlo.



Quiero que no besen el suelo que les pisa, que se suban reflexivos y espídicos por las paredes, hablar por sus codos, que toquen el cielo, y distingan las señales del polvazo de después de la bandera blanca y no el polvucho de entregar las armas.



No quiero, no me gustaría, que esta guerra del hombre y la mujer,

inimaginable para nuestros hijos,

tengan que vivirla tus padres.



No quiero que se me tiren a las vías del tren, que no se agarren a pequeños oasis como el dos por uno en chocolates belgas del Lidl cuando nada cure ya lo que no sangra.



Que no pierdan el brillo apagando incendios, que sin tacones también les lleguen los pies al suelo pegando bien el culo al respaldo de la silla al cumplir los seis o siete años, que las más de cuatrocientas mil mujeres que han pedido protección por riesgo de violencia de género en la última década les cuenten el final.



Vengo por eso a decirte, mi vida,

que cabe civismo en el amor,

que cabe, te lo juro, amor en el amor,

y si el sonido de la llave invadiendo de la cerradura te asusta más de lo que te tranquiliza

en la puerta,

arráncala y vete.



Porque yo no quiero, mi amor, mi niña,

aunque me encantaría,

tener que celebrar a diario tu cumpleaños.




sábado, 24 de febrero de 2018

Resumiendo


Todas mis resurreciones dominicales en Bez.es en 2017:

https://www.bez.es/1/523/autor/Juana-la-coja.html


Pronto alguna historia más.


No estaba de parranda. Me paré en un bar volviendo. 
Perdón por el retraso.


https://www.youtube.com/watch?v=lSChbHQwrVs


miércoles, 7 de diciembre de 2016

Un rompeolas en el fregadero. Segunda edición


Segunda edición de Un rompeolas en el fregadero con prólogo de Irene X.


Con Portada de Facundo Ferré
Ilustraciones de Silvi Orión  
Epílogo de Fabián Diez Cuesta


Gracias.


Puedes pedirlo aquí sin gastos de envío: https://goo.gl/6U4wjz

Aquí librerías: http://escriboporembargo.blogspot.com.es/2016/08/donde-encontrar-un-rompeolas-en-el.html




miércoles, 30 de noviembre de 2016

Lucia Joyce se murió de pena

 

Definitivamente Lucia Joyce murió de pena.
En serio, Samuel Beckett no la quería y se murió de pena.

Murió de pena y desde entonces me gusta contarlo por los bares; entro, me siento lejos de la salida, y repito una y otra vez en voz no lo suficientemente baja que Lucia Joyce se murió de pena, esperando a alguien que siempre me rebata convencido que uno no puede morirse de pena. 

Lucia Joyce se murió de pena, les suelo responder mirando al vaso. Entonces me levanto despacio y recorro el agónico camino de vuelta a casa.

De que alguien se vuelva loco lo único que se recordará con el peso del tiempo es que lo estaba.

Claro que uno no puede morirse de pena, pienso, pero puede dejarse matar.